Las caricaturas de Carlos Medrano
Carlos Medrano nació en Cartagena pero la vida familiar le ha llevado a tierras de San Javier. Realizó estudios de diseño gráfico y bachillerato de artes plásticas, pero la caricatura es anterior a todo ello. A los doce años de edad ya pintaba a sus compañeros de clase y a sus profesores del colegio. Cuenta con licencia para hacer caricaturas en la vía pública, en la Plaza Bohemia de La Manga. Ha realizado múltiples exposiciones y ha realizado caricaturas a los personajes más variopintos de la vida cultural a nivel nacional. Cumple veinte años en el oficio.
¿Quién busca más hacerse su caricatura?
La persona curiosa, aquel a quien le gusta saber cosas de sí mismo, no de una forma narcisista, pero sí le gusta que le digan sus virtudes y sobre todo que le alaben diciéndole lo guapo que es. Suelen ser personas coquetas que les gusta mirarse al espejo.
Entonces, si les resalta algún pequeño defecto facial,…
Bueno, también es muy paradójico pues suelen ser personas muy sanas, que se ríen de sí mismos, les gusta ser centro de atención pero sin complejos, son muy sanas.
Sí, pero ¿Si sobresalen los defectos?
Precisamente los defectos facilitan que la caricatura sea lo más fiel posible a la persona; hay a quienes no les gusta que aparezca, y te dicen que no saques esa parte en la caricatura. Un rasgo evidente es un rasgo importante, otra cosa es que el caricaturista tenga mayor facilidad para trabajarlo no como defecto, sino eso, como rasgo identificativo que, a su vez, puede suavizarse con otros rasgos muy positivos como una sonrisa perfecta, unos ojos muy llamativos o una boca muy especial.
¿Qué defectos y virtudes son las que más se destacan?
En la caricatura que se realiza con el personaje sentado ante ti, más que rasgos concretos lo que tratas de captar son los tipos de personalidad, cómo se porta posando, si es extrovertida y habla con todos riéndose, si es introvertida y no habla con nadie. El personaje que posa está mucho en función de su carácter, veo si se mueve mucho y está nerviosa, etcétera.
¿Se captan los rasgos psicológicos?
Estos son los más importantes y son los que más se buscan; una caricatura es el reflejo del alma, incluso así lo expresan: le has sacado el alma, esa es la caricatura perfecta. No se centran en si le has realizado una nariz grande o una boca pequeña.
¿Es posible captar la psicología de la persona en cinco minutos?
Sí porque el caricaturista mira desde lo alto, mira sin ser visto, observa a quienes se acercan y cómo se muestran hasta que deciden sentarse en la silla. También cómo se manifiesta cuando están sentados, cómo rompe el hielo, los dejas sólo y en cinco minutos en sus facciones puede verse cómo es su alma.
¿En qué categorías clasifica a los personajes?
Los niños, las parejas que buscan la caricatura como recuerdo de viaje, de grupos, de pareja de enamorados y luego otros personajes ya más individualizados como quien le gusta ser siempre el argumento de todo de repente me ve y no se lo piensa dos veces, otros lo realizan como encargo para reírse de otras personas, en el buen sentido.
¿Qué rasgos faciales son los más grotescos y que más se repiten?
Hay una licencia que uno se puede permitir. Uno puede ser cruel pintando una nariz muy pronunciada si tengo la seguridad que con una sonrisa amable se va a corregir ese defecto. En la boca y los ojos está la expresión de cada cual pues es lo que se mueve. La nariz y las orejas es lo que se presta a lo más grotesco. También la frente ancha o la papada, son rasgos que identifican. Siempre un rasgo grotesco se puede compensar con un gesto psicológico amable y nadie protesta.
¿Cuánto tiempo se tarda en hacer una caricatura?
Entre cinco y diez minutos.
¿Qué habilidades debe tener un buen caricaturista?
Debe ser muy observador. Por mucho que sepas pintar debes ver y comprender perfectamente lo que tienes delante. Observar no sólo la cara, también el tipo de peinado, los vestidos, como se mueve, cómo gesticula. También necesita tener un toque de humor y habilidades con el dibujo, fruto de mucha práctica para saber sacarle el gesto a quien se sienta ante ti.
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