Teatro Romano de Cartagena

sábado, 26 de marzo de 2011

La belleza un valor al alza



La belleza procura bienestar personal


La verdad sea dicha que no me terminaban de gustar. Las convocatorias en los pueblos y pedanías o diputaciones a Reinas de las Fiestas, o lo que es lo mismo, la exaltación de la mujer por sus dotes de belleza no me terminaban de cuadrar. Me parecía que era una utilización del sexo femenino para ensalzarla sólo físicamente. Valoración de los que no quedaban atrás los concursos a mister y miss. En este caso mi valoración alcanzaba a ambos sexos; e incluso tanto en un caso como en otro me daba la sensación que había cierto amañe, pues los galardonados recibían no sólo los baños de multitudes, sino que además eran agasajados con un buen número de premios, además de abrírseles las puertas de infinidad de lugares. Si bien el tiempo te hace reflexionar sobre tus propias valoraciones, hasta el punto que incluso te invitan a formar parte del jurado, en este caso para la elección del Mister y la Miss Murcia 2010. La valoración que yo tenía también la compartían otros: “Bueno ya estará decidido a quién elegís”, me comentaron gentes del público en la gala de Miss Murcia. “En absoluto”, les contesté. Las valoraciones y por tanto las votaciones son personales, de cada miembro del jurado y en nada influye el uno sobre el otro. Fueron las respuestas que di a quienes me plantearon la duda. Jamás había pensado que un concurso de esta índole se realizaba con tanto rigor y sin influencia alguna. Pero más aún, me ha servido para descubrir a las personas en otras facetas: la valoración de sí mismos en los aspectos físicos y, ahí mi sorpresa, también en los aspectos mentales o culturales. Cual ha sido mi perplejidad el hecho de que en los encuentros con las cuarenta y nueve personas procedentes de los más recónditos lugares de la Región que optaban al título de Mister  o de Miss se daban una serie de valores humanos: 1. El valor de la amistad: todos y todas señalaban los lazos de amistad que habían establecido con sus compañeros o compañeras. 2. El valor de la superación: todos y todas dejaban constancia del esfuerzo que habían realizado para poder presentarse al concurso. 3. El valor del reconocimiento al trabajo: todos y todas empatizaban con los profesionales de la agencia Monroe Models –organizadora de ambos eventos- que les habían ayudado a superarse personalmente. 4. El valor de esperanza en el futuro: todos y todas querían llegar a ser profesionales, ocupar un lugar en la sociedad. 5. El valor de la cultura: todas y todas reconocían que lo importante no es sólo un cuerpo bello o unas facciones atractivas sino también los conocimientos y el nivel cultural. Ahora que también todos y todas valoraban los sentimientos positivos del bienestar personal, de saberse estar bien; de ser físicamente atractivos; es decir, la belleza también se lleva, está en alza.

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